descalzo los caminos sin ningún preocupar
cubitos en lejano mirar, sin sonrojar
que no vitorean maldades ni diferencias.
Crespos rollizos están en sus tiernas miradas
que con inocentes rutinas diversifican
y pegan los pliegues al echar sueños volar
con libros, trompos, muñecas o jícaras arcillas.
Papel, trapo, plástico, soga, madera o metal
y el divertido ¡Ampay…! corriendo en adrenalina
tácito, el alegre pregonar con llanto al revés
¡Niños que en curso, alegrías habrán de mutar...!
Quaker, sopa y verduras resisten apetitos
resfríos y malestares alarman la vida.
Culpa no tenés si el cultivador humano huyo
dejándote a las derivas, manando niño hombre…
Hoy la tecnología juega en dedos y mente
y visión ataca, poniéndote futuros sueños
porque los siglos no dejan las guerras ni las hambres
olvidándose de lo niño, que se lleva dentro.
G. Salomón García C.
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